Viabilidad tecnológica de un proyecto

La incorporación de la tecnología a gran escala en empresas de todos los tamaños y sectores ha modificado las pautas a seguir para garantizar su viabilidad. Incorporar tecnología en el día a día y en los procesos trae consigo una necesidad de gestión en el que el análisis de la viabilidad tecnológica de un proyecto juega un papel clave.

¿Qué es un estudio de viabilidad de tecnológica de un proyecto?

Un estudio de viabilidad tecnológica de un proyecto se puede definir como el análisis de los distintos factores que afectan a dicho proyecto y de las posibilidades que tiene la empresa de llevarlo a cabo. Por tanto, su utilidad radica en descubrir el nivel de riesgo, si este es asumible por la empresa y si es o no viable llevarlo a cabo.

En este estudio se debe detallar toda la información analizada en un informe con sus respectivos apartados para que sea más fácil de analizar por quienes tienen que tomar las decisiones. Si tu empresa necesita un estudio de viabilidad tecnológica de un proyecto puedes ponerte en CONTACTO con R2M Solution para conocer de mano de profesionales con experiencia en el sector si es viable, qué recursos puede necesitar la empresa para implementarlo y que retorno puede llegar a ofrecer al negocio.

Viabilidad tecnológica de un proyecto

La importancia del estudio de viabilidad

Realizar un estudio de viabilidad es necesario e importante por diferentes motivos. El primero, para reducir al mínimo los riesgos para la empresa ante una posible gran inversión. El segundo motivo es para tomar conciencia sobre qué fortalezas y qué debilidades tiene la empresa a la hora de afrontar la necesidad de implementar la tecnología en su modelo de negocio.

Y, en tercer lugar, para analizar la situación de la empresa dentro de su propio sector de actividad y diseñar planes de actuación que puedan mejorar la estrategia global de futuro de la organización y así garantizar su viabilidad en el futuro.

Tipos de estudio de viabilidad tecnológica de un proyecto

Existen diferentes tipos de estudio para determinar la viabilidad o no de proyecto, entre los que destacamos los siguientes:

Viabilidad económica

En este estudio se analiza la viabilidad a nivel económico y de inversión de la tecnología necesaria para el proyecto. Qué coste puede suponer, qué opciones de financiación existen, si es necesario financiarse o no y qué rendimiento económico o beneficio puede alcanzar la empresa al implementar el proyecto.

Viabilidad técnica

En este estudio se analiza si es posible a nivel técnico llevar a cabo el proyecto, es decir, si la empresa dispone o no del personal necesario para utilizar la nueva tecnología o si dispone de la estructura y las capacidades técnicas para ello.

Viabilidad operativa

Lo principal en este estudio es analizar si el proyecto es compatible con las necesidades y los objetivos recogidos en el plan estratégico de la empresa. ¿Mantiene el foco en la estrategia adoptada por la empresa? o ¿Encaja con los valores del negocio? Son algunas de las cuestiones a analizar.

Viabilidad en el tiempo

Hay que analizar el tiempo necesario para poner en marcha el proyecto, las etapas o fases que se requieren para ello y la forma de cumplir dichos plazos.

Viabilidad de mercado

La empresa debe analizar si el proyecto es viable en el mercado o entorno en el que opera y al que puede acceder. Se deben analizar elementos políticos, regulatorios, legales, demográficos o ambientales para determinar si la inversión en tecnología del proyecto es viable o no para el mercado del negocio.

Fases del estudio de viabilidad de tecnológica de un proyecto

Un estudio de viabilidad tecnológica de un proyecto incluye normalmente las siguientes fases:

Fase 1: Análisis de la situación

En esta fase se define la idea del propio proyecto analizando las ventajas competitivas que puede ofrecer para la empresa y cómo puede ayudar a mejorarla, pero también los posibles riesgos que puede entrañar el proyecto. En esta fase se decide si continuar o descartar el proyecto en base a toda la información recopilada y analizada.

Fase 2: Estudio financiero

Una vez se decide continuar con el proyecto llega el momento de estudiar si es viable a nivel económico. Se debe determinar el origen de los fondos para financiar el proyecto, el coste que supondrá y las ganancias potenciales que se prevén.

Fase 3: Estudio de mercado

Si el proyecto es viable a nivel económico, pasamos a analizar el mercado potencial del mismo. En este punto se determina la demanda existente en el mercado, qué precio están dispuestos a pagar los potenciales clientes y qué competencia existe ya ofreciéndolo.

Fase 4: Plan operativo

Si todo lo anterior encaja, llega el momento de definir la implementación del proyecto. En este punto se analiza la disponibilidad tecnológica, personal y todo lo necesario para que el proyecto vea finalmente la luz y se establezca con garantías en el tiempo.

Fase 5: Evaluar el proyecto

Una vez recogida toda la información anterior en el informe, llega el momento de sacar conclusiones y de analizar si finalmente se llevará a cabo el proyecto. En ocasiones, incluso siendo viable desde todos los puntos de vista, la empresa puede decidir que el proyecto se posponga o que no es prioritario para sus intereses.

Riesgos y aspectos negativos

Al analizar la viabilidad tecnológica de un proyecto podemos encontrarnos también con algunos riesgos y aspectos negativos. El avance rápido de las tecnologías es uno de ellos, ya que surgen nuevas herramientas y tecnologías de manera constante y puede obligar al negocio a estar permanentemente actualizándose.

Otro riesgo es implementar tecnologías que acaban de salir al mercado y que son prometedoras, pero que al no contar con referencias anteriores podemos descubrir inconvenientes que no esperaba la empresa y que pueden afectarle a su operativa.

Conclusiones

En definitiva, analizar la viabilidad tecnológica de un proyecto es esencial antes de tomar cualquier decisión. Recibir los servicios de una consultoría especializada como R2M a través de un estudio de viabilidad independiente y profesional puede ser determinante para evitar poner en marcha proyectos que puedan ocasionar pérdidas para la empresa e incluso un daño reputacional.

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