Para impulsar un desarrollo sostenible que favorezca el medioambiente, es necesario implementar una serie de acciones y medidas que sean efectivas. Entre ellas, cabe destacar la importancia de hacer un uso racional de la energía, que conlleva una serie de acciones para mejorar como producimos, transportamos y consumimos la energía. Se trata de crear una nueva consciencia sobre la energía donde pasa de ser un servicio por el que simplemente se paga a un elemento más dentro de la vida diaria que se gestiona y se intenta mejorar, similar a lo que ha pasado con el reciclaje, antes la basura se colocaba en un único contenedor y ahora hemos creado consciencia sobre la necesidad de gestionar y diferenciar los desperdicios que generamos y e incluso tomar acciones para minimizarlos.
Una de las herramientas a disposición de los individuos y las comunidades para generar y gestionar el uso de la energía es el autoconsumo y en particular el autoconsumo compartido usando tecnologías renovables y eficientes. Gracias a recientes cambios regulatorios, las personas y comunidades que generan su propia energía tienen la posibilidad de compartirla gracias al nuevo impulso del autoconsumo compartido, muy enfocado actualmente en la instalación de placas solares, pero realmente disponible para cualquier tipo de energía renovable. Hoy en día, el autoconsumo fotovoltaico solar es una de las mejores alternativas para fomentar una comunidad más sostenible y respetuosa con el entorno natural.
¿Qué es el autoconsumo compartido?
El autoconsumo energético es una medida muy acertada para frenar el cambio climático, ya que promueve nuevos modelos de producción y consumo denominados de kilómetro cero (o km 0). Esta propuesta, que ofrece grandes beneficios y tiene especial protagonismo en otros países ya que aumenta la soberanía energética, promueve el desarrollo económico local e incentiva la cooperación entre la ciudadanía. Sin embargo, es necesario un cambio de mentalidad, tanto en el consumidor como en las empresas del sector.
En nuestro país, contamos con una normativa vigente que regula el autoconsumo para generar la propia energía y reducir el coste de las facturas de la luz. Esto favorece la independencia del suministro eléctrico o da la opción de vender el excedente para obtener una reducción de la factura en forma de compensación. Dentro de la regulación también se permite compartir la energía generada por una instalación renovable, por ejemplo, con placas solares, con otros consumidores cercanos de forma tal que los beneficios de reducción de la factura y de reducción de las emisiones de CO2 se comparten entre todos.
Objetivos del autoconsumo compartido
El enfoque colaborativo es clave en nuestra sociedad para conseguir beneficios sociales, medioambientales y económicos que favorezcan su desarrollo. El trabajo conjunto entre individuos, empresas, gobiernos y asociaciones ofrece resultados notables en las prácticas energéticas sostenibles. En esta lista se ofrecen algunos de los objetivos de impulsar este modelo de energía compartida.
Generar conciencia medioambiental
Uno de los propósitos del impulso que se está dado al autoconsumo compartido es fomentar el trabajo en equipo para sensibilizar y educar a la sociedad en su conjunto. Por ejemplo, es común que los proyectos de autoconsumo compartido impliquen más que la instalación de la planta renovable y el trámite burocrático para su tramitación y puesta en marcha. En esto proyectos es común que se incluyan diferentes elementos como incluir talleres y diferentes actividades educativas en los colegios y centros educativos para que los menores adquieran hábitos responsables. Talleres en empresas y entre los empleados para hacer un uso eficiente de la energía. Incentivos para la comunidad para cambiar sus hábitos de consumo, etc. El autoconsumo compartido está sirviendo como una base de concientización social que está permitiendo empoderar a toda la ciudadanía con acciones claras y con impacto directo en sus comunidades.
Promover la eficiencia energética
En los últimos años, un aspecto de gran importancia es favorecer la eficiencia energética, tanto en el hogar como en las empresas, con actitudes más responsables. La idea es aprovechar al máximo las fuentes de energía y reducir el impacto medioambiental negativo para combatir el cambio climático. La colaboración es esencial cuando los recursos financieros, tecnológicos o de infraestructura son limitados. El autoconsumo compartido permite a diferentes entidades el acceso a recursos energéticos renovables que de otra forma no podrían acceder.
Impulsar las energías renovables
Uno de los mayores esfuerzos de los gobiernos es poner en marcha acciones para impulsar el uso de la energía renovable para reducir el consumo energético. Entre los principales beneficios están el ahorro en la factura y la preservación del medioambiente. El autoconsumo compartido promueve el uso de energías renovables empoderando a la ciudadanía y las comunidades sobre el uso de fuentes renovables y de kilómetro 0.
Potenciar cambios positivos
El éxito del autoconsumo compartido y el modelo de colaboración entre las diferentes partes permite aunar los esfuerzos para ejercer medidas de presión a favor de cambios políticos favorables para la sociedad en su conjunto. Aunque los resultados son netamente positivos en términos de despliegue y penetración de renovables en el sector energético, aún falta demostrar que el cambio es duradero. La clave para entender si el cambio es duradero vendrá cuando se reduzca los niveles de subvenciones para las energías renovables. Si se mantiene el impulso, a pesar de tener una reducción en los niveles de subvención, la transición hacia un sistema energético mayormente renovable tendrá asegurado el éxito.
Beneficios del autoconsumo compartido
El trabajo colaborativo entre las partes interesadas impulsa cambios efectivos que mejoran la eficiencia energética. De esta manera, se comparten los conocimientos, superan los obstáculos y se logran los objetivos de las comunidades. Hoy en día, vemos cómo son capaces de producir, almacenar y compartir energía renovable para acelerar la transición energética.
Aunque el autoconsumo compartido ofrece bastantes beneficios, todavía se deben sortear algunos frentes abiertos, como mejorar la parte administrativa y burocrática que muchas veces es el mayor problema al que se enfrentan las diferentes iniciativas. En este aspecto, el esfuerzo es considerable, especialmente en tiempo y produce una mala imagen para todo el sector, sin embargo, el trabajo conjunto y la perseverancia lo hace viable. Otros beneficios incluyen:
Recursos compartidos
Las organizaciones que comparten sus conocimientos, los recursos y la tecnología disponible tienen la posibilidad de superar las limitaciones con más facilidad. Esto permite promover prácticas energéticas más eficientes y saludables para el entorno en general.
Intercambio de conocimientos y experiencia
Las partes interesadas se benefician del intercambio de conocimientos y experiencias al compartir lecciones ya aprendidas. De esta manera, se reducen los esfuerzos y se acelera el progreso para conseguir el objetivo de la eficiencia energética.
Impacto energético positivo
La colaboración favorece el impulso de iniciativas para implementar proyectos más ambiciosos y a gran escala. Además de llegar al ciudadano, también se influye en la conciencia empresarial y del Gobierno para producir cambios generalizados.
En conclusión, el autoconsumo compartido empieza a tener mayor protagonismo en nuestra sociedad por el número de beneficios que ofrece. Aunque no deja de ser algo novedoso en España, es conveniente contar con una empresa que pueda garantizar un buen asesoramiento profesional para asegurar la mejor eficiencia y la mayor reducción de costes en su implementación.
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